- Señor Gonzálvez,
- Presente.
- Respóndame sin titubear. ¿Se pueden comer judías con tomate? (El maestro mira atentamente su reloj.)
- ¡Claro que sí!
- ¿Y tomates con judías?
- También.
- ¿Y judíos con tomate?
- Eso no estaría bien.
- ¡Claro! sería un caso de antropofagia. Pero siempre se podrá comer tomate con judíos ¿no es cierto?
- Eso, no.
El chico no ha comprendido la pregunta.
- Que me traigan una cabeza de burro para este niño.
- Presente.
- Respóndame sin titubear. ¿Se pueden comer judías con tomate? (El maestro mira atentamente su reloj.)
- ¡Claro que sí!
- ¿Y tomates con judías?
- También.
- ¿Y judíos con tomate?
- Eso no estaría bien.
- ¡Claro! sería un caso de antropofagia. Pero siempre se podrá comer tomate con judíos ¿no es cierto?
- Eso, no.
El chico no ha comprendido la pregunta.
- Que me traigan una cabeza de burro para este niño.
(La pedagogía , según Juan de Mairena, en 1940).