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Visita guiada a la Residencia de Estudiantes

En el marco de la conmemoración del centenario de la muerte de Giner de los Ríos, fundador de la Institución Libre de Enseñanza y referente pedagógico e intelectual de España, y como complemento indispensable para la formación cultural y literaria de los alumnos de 2 º de Bachillerato, el próximo lunes 16 de marzo se llevará a cabo una visita guiada al complejo y los jardines de la Residencia de Estudiantes. 

El 1 de octubre de 1910 abrió sus puertas la Residencia de Estudiantes, creada por la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (JAE), organismo público presidido por Ramón y Cajal; e inspirada por la Institución Libre de Enseñanza (ILE), fundada por Francisco Giner de los Ríos, ente otros catedráticos expulsados de la universidad. Bajo la dirección de Alberto Jiménez Fraud, la Residencia llegaría a convertirse, en palabras de Julio Caro Baroja, en el «primer centro cultural de España en dos decenios». Conocida por ser la casa en la que vivieron y se hicieron amigos Dalí, Lorca y Buñuel, o por ser el lugar en el que expusieron sus teorías Einstein, Curie o Le Corbusier, el éxito del proyecto de la Residencia se debió a su forma de entender la educación como un proceso integral y activo. El peculiar ambiente que caracterizó a la Residencia, el talento de sus principales protagonistas y, sobre todo, el proyecto intelectual y moral que la sustentaba lograron que entre 1910 y 1939 la Residencia fuera uno de los principales núcleos de modernización científica y educativa de España.

Tanto la Junta como la Residencia fueron inspiradas por Francisco Giner de los Ríos y sus colaboradores en la Institución Libre de Enseñanza, una organización privada que perseguía la modernización de la sociedad española a través de la educación. A partir de 1915 la Residencia se trasladó a su sede definitiva, cinco edificios entre jardines que fueron construidos siguiendo las pautas de la arquitectura funcional en la que Juan Ramón Jiménez bautizó como Colina de los Chopos. En 1933 se suma a este complejo educativo un auditorio y biblioteca.

Desde sus inicios, en la Residencia se generó un ambiente propicio al trabajo, la creatividad y la búsqueda de la excelencia, pero también a la alegría, la diversión, el ingenio y, muy especialmente, al diálogo entre las diferentes procedencias, edades y dedicaciones profesionales. Este ambiente favorecía la tolerancia y la educación integral de sus estudiantes, fortaleciendo la convivencia entre las diferentes disciplinas.

Las ciencias, el pensamiento, la música, las artes escénicas, la arquitectura, las artes plásticas y la poesía formaban parte de la vida cotidiana de la Residencia. Junto a cursos, conferencias o trabajos de laboratorio, se organizan excursiones, visitas a museos, viajes a ciudades de interés artístico o la práctica de deportes como el tenis, el fútbol, el alpinismo, el esquí, el atletismo, el rugby o el hockey , tanto en su grupo masculino como en su grupo femenino.


Maestros como Unamuno, Juan Ramón Jiménez, Ortega y Gasset, Menéndez Pidal, Blas Cabrera, Eugenio d’Ors y, especialmente, los que fueron residentes durante muchos años: Ángel Llorca, Ricardo de Orueta y José Moreno Villa, orientaban a los residentes en un régimen informal de tutorías, similar al de las universidades anglosajonas. Los laboratorios de la Residencia facilitaban a los estudiantes el acceso a la investigación de la mano de científicos tan destacados como Pío del Río-Hortega, Juan Negrín, Gonzalo Rodríguez Lafora o Antonio Madinaveitia. En ellos, por ejemplo, se formaron y trabajaron el futuro premio Nobel Severo Ochoa, el médico Francisco Grande Covián o los físicos Miguel Catalán y Salvador Velayos.

Aún más conocido es el núcleo de artistas que se congregó en la Residencia, aglutinado por una figura singular como José («Pepín») Bello: Federico García Lorca, Salvador Dalí y Luis Buñuel. Su obra posterior, y la de muchos de sus contemporáneos, lleva la marca de su convivencia durante aquellos años y del ambiente de ebullición creativa que la Residencia generó.

La Residencia fue pionera en fomentar el acceso de las mujeres a los estudios superiores. En 1915 comienza su actividad el grupo femenino, bajo la dirección de María de Maeztu. Fueron residentes destacadas de la Residencia de Señoritas Victoria Kent, Josefina Carabias o la científica Felisa Martín Bravo, y formaron parte de su profesorado María Goyri, María Zambrano o Maruja Mallo. La Residencia, reconocida internacionalmente como el primer centro cultural de la España de entreguerras, organizó numerosas conferencias, conciertos y actividades de todo tipo y fue una ventana abierta a las novedades intelectuales, artísticas y científicas desarrolladas fuera de nuestras fronteras. En ella relató Howard Carter el descubrimiento de la tumba de Tutankhamon o explicó Albert Einstein la teoría de la relatividad. Del éxito del proyecto da idea el que cuatro de los siete españoles galardonados con el premio Nobel nacidos antes de 1936 estuvieron vinculados a la Residencia de Estudiantes: Cajal, Severo Ochoa, Juan Ramón Jiménez y Vicente Aleixandre.

Tras la salida al exilio de su director y la evacuación de sus últimos habitantes, en 1937 la Residencia se convierte en Hospital de Carabineros durante el resto de la contienda. En marzo de 1939 Madrid es tomado por el ejército franquista. Fuerzas de Aviación ocupan la Residencia e instalan en ella un comedor para los oficiales de tropa. Se crea el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, al que se transfieren los antiguos edificios y el patrimonio de la JAE. En los años siguientes se transformó por completo la Colina de los Chopos: el Pabellón Central y los Pabellones Gemelos de la Residencia pasaron a ser residencia de investigadores del recién creado CSIC y su Auditórium fue convertido en la iglesia del Espíritu Santo. En 1986 la Residencia inicia una nueva etapa recuperando su nombre y su tradición. Desde entonces ha vuelto a ser un lugar de encuentro y de diálogo entre las ciencias y las artes, de reflexión crítica en torno a las corrientes de pensamiento y creación de la cultura contemporánea y de debate internacional vinculado a la creatividad y la innovación.

En la actualidad, en sus rehabilitados edificios se alojan anualmente más de 3.000 investigadores y creadores procedentes de todos los países del mundo, además de un grupo de jóvenes  que disfrutan de su programa de becas; se celebran exposiciones, lecturas de poesía, conciertos, conferencias y congresos; su Centro de Documentación atesora un conjunto único de fondos, especializado en la historia intelectual del primer tercio del siglo XX español.

Hoy, la que fue y sigue siendo la casa de Dalí, Lorca y Buñuel, continúa dedicada a la creación. Al lugar donde Einstein expuso su teoría de la relatividad llegan todavía las últimas tendencias en física o en biología y, conservando su tradición innovadora, en la Residencia se oye y se crea lo más nuevo en música, en poesía... Un jardín en el centro de Madrid donde perviven las adelfas plantadas por Juan Ramón Jiménez, y donde, al mismo tiempo, se escuchan las jóvenes voces del porvenir de la cultura.

Residencia de Estudiantes




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