El pasado viernes 27, como ya es tradicional cuando en las aulas de 2 º de Bachillerato se llega al Modernismo y la Generación del 98, así como a la innovadora dramaturgia de Valle-Inclán, salimos a las calles de Madrid para emular a Max Estrella y don Latino de Hispalis y sumarnos al grotesco elenco de fantoches que pululan por sórdidos y variopintos ambientes del fin de la España de la Restauración.
El dantesco periplo arrancó en el Pretil de los Consejos y recorrió la buñolería modernista en el pasaje de San Ginés, los calabozos del Ministerio de la Gobernación, la taberna de Pica Lagartos en la calle Montera, el café de la Montaña en Sol, hasta llegar al famoso callejón del Gato, en cuyos espejos se deforma toda la vida miserable de España, a donde los héroes clásicos han ido a reflejarse.
De ahí, el esperpento.
Víctor Velasco Regidor.
Comentarios
Publicar un comentario